Si ustedes son los que no han tenido la oportunidad de leer la biblia, seguramente no están enterados que a pesar de ser la palabra de Dios contiene textos muy audaces con referencia a la sensualidad  y romance en la pareja.

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(Cantares 2:16a). El cuerpo de la mujer le pertenece no a ella sino a su marido y el del marido no le pertenece a él sino a su esposa. Por lo tanto el negarse es desobediencia y egoísmo. Dios quiere que la relación matrimonial sea romántica y ardiente. La Biblia dice:

Proverbios 5

15 Bebe el agua de tu misma cisterna,
Y los raudales de tu propio pozo.

16 ¿Se derramarán tus fuentes por las calles,
Y tus corrientes de aguas por las plazas?

17 Sean para ti sólo,

18Sea bendita tu fuente,
regocíjate con la mujer de tu juventud,

 

19amante cierva y graciosa gacela;
que sus senos te satisfagan en todo tiempo,
su amor te embriague para siempre.

Una relación matrimonial romántica requiere comunicación mutua. Los varones tienden por lo general a ser mas callados y silenciosos que las mujeres pero hace falta que el esposo comunique a la esposa su sentir verbalmente y que la esposa haga lo mismo. Los piropos no deben faltar en la relación matrimonial.

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El hombre debe alabar y halagar su esposa detalladamente ¡Cuanto más detallados mejor!:

1 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa;
Tus ojos entre tus guedejas como de paloma;
Tus cabellos como manada de cabras
Que se recuestan en las laderas de Galaad.

2 Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas,
Que suben del lavadero,
Todas con crías gemelas,
Y ninguna entre ellas estéril.

3 Tus labios como hilo de grana,
Y tu habla hermosa;
Tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu velo.

4 Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería;
Mil escudos están colgados en ella,
Todos escudos de valientes.

5 Tus dos pechos, como gemelos de gacela,
Que se apacientan entre lirios.

6 Hasta que apunte el día y huyan las sombras,
Me iré al monte de la mirra,
Y al collado del incienso.

7 Toda tú eres hermosa, amiga mía,
Y en ti no hay mancha.

11 Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa;
Miel y leche hay debajo de tu lengua;
Y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano

(Cantares 4)

La esposa debe también halagar a su esposo y admirar sus atractivos. De igual manera, mientras más detallados sus halagos mejor:

10 Mi amado es blanco y rubio,
Señalado entre diez mil.

11 Su cabeza como oro finísimo;

12 Sus ojos, son verdes como el mar profundo,
Que se lavan con leche, y a la perfección colocados.

13 Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores;
Sus labios, como lirios que destilan mirra fragante.

14 Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos;
Su cuerpo, como claro marfil cubierto de zafiros.

15 Sus piernas, como columnas de mármol fundadas sobre basas de oro fino;
Su aspecto como el Líbano, escogido como los cedros.

16 Su paladar, dulcísimo, y todo él codiciable.
Tal es mi amado, tal es mi amigo,
Oh doncellas de Jerusalén.

El perfume y las especias aromáticas no deben faltar en la relación matrimonial. Tanto el esposo como la esposa deben utilizar aromas que atraigan y agraden a su pareja:

3 A más del olor de tus suaves ungüentos,
Tu nombre es como ungüento derramado;
Por eso las doncellas te aman

(Cantares 1:3)

Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía;
He recogido mi mirra y mis aromas;

(Cantares 5:1ab)

Ella (la esposa) dice de su amado:

Mi amado es para mí un manojito de mirra, Que reposa entre mis pechos. Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi Es para mí amado” (Cantares 1:13-14)

 

El Marido dice de ella:

“9 A yegua de los carros de Faraón
Te he comparado, amiga mía.

10 Hermosas son tus mejillas entre los pendientes,
Tu cuello entre los collares.

He aquí que tú eres hermosa, amiga mía;

He aquí eres bella; tus ojos son como palomas.”

El esposo y la esposa deben desearse mutuamente, los besos no pueden faltar:

 

!!Oh, si él me besara con besos de su boca!
Porque mejores son tus amores que el vino.

 

(Cantares 1:2)

 

Sobre este punto el apóstol Pablo nos dice que el hombre debe cumplir a su esposa “el deber conyugal” (1 Cor. 7:3-5) para poder mantener la pureza matrimonial . El cuerpo de la mujer es del marido y el cuerpo del marido es de su mujer y no deben negarse sexualmente el uno al otro a no ser por mutuo consentimiento.

Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes, Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.

Y también deben de preocuparse por quitar aquellas cosas pequeñas que pueden dañar la relación amorosa entre ambos:

15 Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas;
Porque nuestras viñas están en cierne

 

Tanto el esposo como la esposa deben hallar satisfacción mutua en cada uno. El dice a su amada:

!!Qué hermosa eres, y cuán suave,
Oh amor deleitoso!

(Cantares 7:6)

Y su amada dice a su esposo:

 

Yo soy de mi amado,
Y conmigo tiene su contentamiento
.

(Cantares 7:10)

Una relación romántica donde el esposo y la esposa se respetan, se aman y se desean es una relación que puede contra todo. Entonces 1 Corintios 13 se hace realidad y el fuego del amor permanece:

7 Las muchas aguas no podrán apagar el amor,
Ni lo ahogarán los ríos.
Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor,
De cierto lo menospreciarían.

Sin duda alguna, Dios creó la relación matrimonial para que el hombre y la mujer no solamente se ayudaran y tuvieran hijos sino para que se disfrutaran mutuamente. El Romance y la pasión son parte esencial del matrimonio.

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